Se inicia una nueva etapa escolar y con ella un sinúmero de expectativas tanto de los educandos como de los mismos padres de familia, además de la angustia que genera la famosa lista de los "útiles" escolares.
Algo muy típico en nuestra sociedad, es el afán desmesurado de muchos papás y muchas mamás, de buscar cupo para sus hijos en un colegio privado, y ese afán hace que se cometan errores crasos en el momento de asentar la matrícula en estos centros educativos.
Luego de tantos esfuerzos por lograr el objetivo de tener a sus hijos en la educación privada, viene el desengaño por parte de los hijos y de los papás, ya que comienza el verdadero calvario y el descalabro económico en muchos de estos hogares. Se preguntarán los que leen este artículo ¿por qué calvario y descalabro económico? sencillo, calvario, por el camino tortuoso que deben pasar los niños y los jóvenes, puesto que deben someterse a un regimen dictatorial que ha hecho carrera en estas instituciones, entre ellas: limitar el libre desarrollo de la personalidad, cuando le exigen al alumno, una presentación personal ajustada al gusto de las directivas del colegio, adquirir los uniformes donde previamente se han firmado los contratos, sin tener encuenta el presupuesto de los padres de familia, amenazar al estudiante que se atraza unos días en el pago de la pensión, la cual es muy costosa, si tenemos encuenta la mala educación en nuestro pais, presionarlo para que asista a ceremonias religiosas, violando su derecho a la libertad de cultos, además de las exageradas tareas que ponen, para que sean los papitos y las mamitas, quienes las deben hacer.
La parte onerosa se presenta desde el momento en que se acepta el alto valor de la matrícula y la pensión, valores estos que deberían unificarse, es decir, cobrar únicamente la pensión, ya que los colegios no participan de manera justa sus enormes utilidades económicas con los docentes, aclarando que los salarios del sector privado, son muy malos y con mínimas garantias de estabilidad laboral.
Para complementar, empiezan los gastos extras, festival gastronómico, donde debe haber una participación de toda la familia, no solo con sus aportes en dinero en efectivo, sino con el aporte en especie, ya sea frutas y verduras y otros artículos de mercado, lo mismo que el trabajo que deben hacer para preparar las viandas.
Olvidaba otro gasto extra, la colaboración para ampliar el aula máxima y los aportes voluntarios para la celebración de las primeras comuniones de las niñas y de los niños y los cumpleaños de los directivos del colegio. Claro que todo esto, es producto de la sociedad de consumo donde vivímos y donde no nos hemos dado cuenta que lo más importante en la vida es, el ser y no el tener y que los principios y valores de deben inculcar en nuestros hogares, para así evitar tener que "guardar" a los hijos en garajes con avisos de colegio privado.
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