UN CONCEJO MUNICIPAL MUY FLOJO

Muy flojo por no decir muy pobre, ha sido el resultado de las distintas sesiones realizadas durante este primer periodo en el concejo de Manizales.

La falta de experiencia y de conociemiento de muchos asuntos de Ciudad por parte de algunos de los diez y nueve concejales, ha hecho que no se presenten debates con el argumento y piso necesarios para aprobar o desaprobar los proyectos presentados por el Alcalde de la Ciudad de Manizales, por lo tanto, se deja de hacer un verdadero control político a las iniciativas del ejecutivo Municipal.

Haciendo un repaso general, vimos el afán desmesurado de los concejales, de justificar sus honorarios, visitando entidades como el Hospital Infantil, el Hospital de Caldas, la cárcel de mujeres, el Hospital geriátrico y el tan cuestionado coso Municipal o albergue animal.

Cuando hago referencia hasta centros, es porque, creo que no es el momento para mirar las dificultades económicas, ya que eso lo sabemos hace mucho rato y no hay necesidad de ser concejal para darse cuenta de la situación precaria de estas entidades, lo importante es llevar las posibles soluciones, pero ahí es donde todos empiezan a tartamudear, puesto que esto es un problema a nivel Nacional.

Muchos de ustedes dirán, pero es que apenas están iniciando las sesiones, muy cierto, el caso es que el compromiso que un concejal adquiere con la comunidad es grande y de mucha responsabilidad y no admite equivocaciones en el momento preciso de votar un proyecto.

Muchas sesiones pasaron sin pena mi gloria, hubo acomodo por parte de las bancadas, se notó la falta de preparación para debatir y se defendió más lo particular que el interés por la comunidad.

Aquí lo importante es no quedarnos en el cuestionamiento, se trata es de invitar a rescatar los principios de vigilar lo público y lo privado, mantenerse desligado de la politiquería, invitar a la participación de todos los sectores y no involucrarse en casos particulares, para que así se pueda ejercer unas verdaderas políticas públicas.

Termino diciendo: La constitución de 1991 consagró como derecho fundamental la participación y control Ciudadano con el fín de afianzar la democracia y fortalecer el poder local.